Cirugía de glaucoma

El glaucoma se caracteriza por un aumento de la presión intraocular (PIO), que puede dañar el nervio óptico y conducir a una pérdida progresiva de la visión. Existen varios tipos de glaucoma, siendo el más común el glaucoma de ángulo abierto, que suele no presentar síntomas evidentes en sus etapas iniciales. Algunas causas pueden ser:

• Factores genéticos
• Edad avanzada
• Traumatismos oculares previos
• Uso prolongado de ciertos medicamentos, como esteroides
• Enfermedades sistémicas como diabetes o hipertensión

La EPNP (Esclerotomía Posterior No Perforante) es una técnica quirúrgica avanzada y mínimamente invasiva que se utiliza para reducir la presión intraocular en pacientes con glaucoma. A diferencia de otras técnicas más invasivas, como la trabeculectomía, la EPNP no perfora la córnea ni crea una fístula filtrante, lo que reduce significativamente los riesgos de complicaciones postoperatorias.

• Menos Riesgos Postoperatorios: La técnica no perforante disminuye el riesgo de infecciones y hemorragias.
• Recuperación Rápida: Gracias a su abordaje menos invasivo, la recuperación es más rápida y cómoda para el paciente.
• Mayor Estabilidad a Largo Plazo: Ofrece una reducción sostenida de la presión ocular con menos necesidad de ajustes postoperatorios.

La trabeculectomía es una de las técnicas más tradicionales para el tratamiento quirúrgico del glaucoma. Consiste en crear una abertura en la córnea para permitir el drenaje del exceso de fluido ocular y reducir la presión intraocular. Aunque efectiva en muchos casos, tiene riesgos como infecciones y fluctuaciones en la presión ocular.

• Reducción eficaz de la presión intraocular: La trabeculectomía crea una vía de drenaje para el exceso de humor acuoso, ayudando a controlar la presión ocular y previniendo un mayor daño al nervio óptico.

• Tratamiento de larga duración: Es una solución efectiva y duradera, especialmente en casos de glaucoma avanzado donde otros tratamientos no han logrado resultados satisfactorios.

• Mejora de la visión periférica: Al estabilizar la presión intraocular, puede detener la progresión de la pérdida de visión periférica, preservando la calidad de vida del paciente.

En casos más complejos o refractarios, la válvula de Ahmed es una opción eficaz. Este dispositivo se implanta en el ojo para drenar el exceso de fluido y controlar la presión intraocular. Es especialmente útil en pacientes con glaucoma avanzado o aquellos que han tenido complicaciones en cirugías previas.

• Ideal para casos complejos: Muy efectiva en pacientes con glaucoma avanzado o complicado.
• Bajo riesgo de fluctuaciones: Gracias a su diseño controlado, reduce las fluctuaciones drásticas en la presión ocular.
• Durabilidad: Ofrece una solución a largo plazo para el control de la presión intraocular.

La válvula Xen es una opción mínimamente invasiva. El implante Xen es pequeño y flexible, lo que facilita su colocación con menos riesgo de complicaciones. Esta válvula se utiliza principalmente en casos de glaucoma refractario y es especialmente eficaz para controlar la presión ocular de una forma más conservadora.

• Técnica mínimamente invasiva: El tamaño pequeño del implante permite un procedimiento quirúrgico menos invasivo, con una recuperación más rápida.
• Control preciso de la presión ocular: El Xen permite un drenaje constante y controlado del fluido ocular, lo que garantiza una presión ocular estable.
• Recuperación rápida: Al ser un implante pequeño, la recuperación postoperatoria es menos complicada y más rápida en comparación con otros dispositivos más grandes.